jueves, 20 de diciembre de 2012

Trabaja gratis

"¿Cómo? ¿Trabajo? ¿Y gratis?".

Aunque suene triste, nuestros amigos autónomos saben bien que en éste país hay que pagar hasta por trabajar, lo cual es bastante absurdo. Pero no van por ahí los tiros.


Tú. Sí, tú, Juan Palomo. ¿Andas buscando trabajo? Es duro, ¿verdad? La cosa está muy jodida. Te hinchas a echar currículums y nada. Y tú, freelance / autónomo / empresario, te hartas de llamar y mandar e-mails a potenciales clientes y no hay mucho éxito, ¿no?

Habrá que romper los moldes. La demanda de trabajo supera con excesivas creces a la oferta, así que te tocará destacar. Dejar de ser uno más, uno del montón. Y para ello te proponemos una cosa un tanto arriesgada: trabaja gratis. No se trata de esclavitud. Desde Marketillo no apoyamos al capitalismo salvaje, más bien al contrario.

¿Te acuerdas del concepto Freemium? Pues vamos a aplicarlo al mundo laboral, sí señor. Es decir, regala el 90% de tu trabajo y cobra lo que debas por el 10% restante.

¿Ejemplo? Un potencial cliente está pidiendo presupuestos para, yo qué se, el diseño de la portada de su libro. Ofrécele mandarle una muestra gratis (obviamente, con marca de agua) para demostrar tu potencial. Probablemente, como no tiene nada que perder, te dirá que vale. Esfuérzate al máximo y hazle llegar la portada de sus sueños. Si le encanta, estará dispuesto a pagar para que le hagas llegar el definitivo, sin marca de agua. Ten en cuenta que la gente sólo piensa en pagar cuando ya se ha decidido por algo. Y entonces, ya no tiene en cuenta otras consideraciones, a no ser que el precio que pidas sea exagerado, claro.

¿Qué es lo peor que puede pasar? Básicamente dos cosas:
1.- Que no le convenza tu trabajo y hayas trabajado gratis para nada.
2.- Que le convenza tu trabajo y te haga creer lo contrario. Que le pida a un amiguete que reproduzca lo que le has mandado con marca de agua. Es recomendable registrar tus creaciones por si te quieren vacilar, pero entendemos que eso es un coste extra. Otra opción es guardar registro del archivo y de la conversación para, llegado el caso, llevar al estafador a juicio y demostrar que su portada se parece sospechosamente a la que le entregaste y que rechazó. Es fundamental hacer seguimiento posterior al cliente que te rechaza. Si le pillas, antes de denunciarlo vuelve a negociar con él. Pero esta vez pídele mucho más. Donde las dan, las toman.

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Con este post he intentado transmitir una o varias reflexiones. Pero creo que no estoy sólo en el mundo, así que si tú también tienes una al respecto, harías la mar de bien en hacerla pública.

Como todo en la vida, lo más importante siempre es participar :)