El ocaso de Facebook

Que todo lo que sube tiene que bajar es una verdad universal. Ningún negocio puede pretender durar eternamente y menos en unos tiempos tan rápidos y devoradores como los que vivimos, siempre ávidos de novedades y que nos ha vuelto propensos a aburrirnos de las cosas. A Facebook le está llegando la hora.

Facebook disfrutó de un ascenso al principio lento pero seguro. Respondía a una necesidad social de la población encontrando su propio nicho de diferenciación (existían otras redes sociales ya entonces). Llegó a la cima y allí permaneció un tiempo, siendo la referencia indiscutible.

Pues resulta que desde hace un tiempo Facebook está empezando a perder usuarios en picado (en 5 meses ha perdido 2 millones de usuarios sólo en España). Y es comprensible. Tengamos en cuenta lo siguiente:
- Lo dicho, nada es para siempre. Todo lo que sube tiene que bajar.
- Un pequeño porcentaje de usuarios copa las páginas de inicio del resto, que son bastante menos participativos. Existen usuarios "reporteros" (que comunican hasta cuando van al baño o se hinchan a subir fotos o compartir imágenes), invisibles (leen lo que publican los demás o, simplemente, dejan abandonado su perfil) y un término medio, poco activo.
- Graves problemas para conservar la intimidad. Éste punto es tan importante que lo desarrollaremos a continuación.

Cuando alguien publica cualquier cosa en su perfil asume que lo está haciendo público para sus amigos de Facebook. Sí, pero no. También lo está haciendo público para los suscriptores de sus amigos de Facebook, los cuales verán en su muro todo aquello a que su suscrito haya dado "me gusta" o haya comentado. O incluso para los amigos de sus amigos de Facebook, gracias a la genial barra de eventos de la columna derecha (A Fulanito le gusta la foto de Menganita).

En definitiva, Facebook dota de herramientas de espionaje a quien así lo desee, gracias a la citada barra de eventos y a la posibilidad de suscribirse a todo aquello que hace un amigo, con lo que puede verse no sólo todo lo que publica, si no todo lo que comenta o a lo que le haya dado un "me gusta".

Hace un tiempo mostramos un artículo sobre Google+, el repuesto natural para Facebook. Partiendo del problema de la privacidad, Google+ ofrece una mejor gestión de los contactos, mucho más inteligente.
En Facebook, todos tus contactos están al mismo nivel (amigos). En Google+, por el contrario, puedes agruparlos en los círculos que a ti te parezca (los hay predeterminados como "Familia", "Compañeros de trabajo", "Amigos", etc. o crear de nuevos con el nombre que se desee, como "Equipo de futbol"). Cabe comentar que un contacto puede estar en más de un círculo simultáneamente y que es imprescindible tener una cuenta de Google (AKA correo de Gmail) para acceder (lo cual no es un problema para nadie). ¡Ah! no importa que metas a alguien en un círculo denominado "Imbéciles". Jamás lo sabrá. Simplemente le llegará la notificación de que lo has añadido a tus círculos.

¿Qué significa esto? Pues que no sólo se han resuelto por cuestiones técnicas los problemas de espionaje, si no que, además, podemos decidir quiénes ven cada una de nuestras publicaciones. Es decir, puede que te interese que tal foto sea vista sólo por los contactos que tienes en el círculo "Amigos", "Compañeros de trabajo", "Parroquianos de Bar Manolo" o, por el contrario, por cualquiera de tus contactos (lo haces público para todos tus contactos).

En cuanto al tema de los cansinos, también queda resuelto por los círculos, pues puedes ver las publicaciones de los círculos que quieras (por ejemplo, "a ver qué han publicado mis amigos" o "a ver qué han publicado los del Bar Manolo").

El único gran problema que encontramos en Google+ es la baja presencia de usuarios. Ahora bien, si no estáis dispuestos a dejaros espiar o estáis hartos de los cansinos que te llenan el muro de inicio, os recomiendo pasaros a Google+ y llevaros allí a la gente que de verdad os importa.